Os he hablado alguna que otra vez en el blog de mi padre ya que fue la persona que me inculcó, desde niña, el amor por la lectura. Y aunque nuestros gustos se fueron distanciando con los años siempre hemos compartido opiniones sobre las historias que caían en nuestras manos.
Hoy vuelvo a escribir sobre él porque ya no se encuentra a mi lado. Ya no volveré a verle sentado junto a la ventana con su kindle de funda morada y letra gigante, absorto en la lectura. No le escucharé quejarse porque las novelas de ahora son demasiado largas y echaba de menos las "novelillas de a duro". Ni nos leeremos a la vez el mismo libro y discutiremos sobre quién es el asesino.
Sé que al final me quedaré sólo con los buenos momentos y con todo lo que hemos compartido, pero llevo días sin poder quitarme la tristeza de encima y necesitaba desahogarme, de ahí el motivo de esta entrada.
Os pido disculpas si os debo un correo o una entrada pero no creo que retome el blog hasta dentro de unas semanas.
Disfrutad de las vacaciones, nos vemos a la vuelta.
Un beso,
Leona.