Título original: The Handmaid's Tale
Traductora: Elsa Mateo Blanco
Editorial: Salamandra
Páginas: 412
Año de publicación: 2017 (original 1986)
Género: Ciencia ficción
Sinopsis
Una mirada terrible y lúcida que denuncia la barbarie que pueden llegar a alcanzar los puritanismos extremos de toda índole y las ansias de dominio sobre los seres humanos privados del ejercicio del derecho a la libertad.
En el estado de Gilead, donde tras una hecatombe nuclear, la población ha visto disminuida su capacidad de reproducción, las Criadas, vestidas con hábitos rojos de la cabeza a los pies, con el rostro cubierto por un velo transparente y enmarcado por una toca blanca, desempeñan una función esencial: concebir y dar a luz a futuros ciudadanos.
Destinadas a esta empresa suprema, viven enclaustradas y reducidas a ser un cuerpo con una única misión: reproducirse. (*La sinopsis corresponde a la edición de Bruguera porque la de Salamandra me da que se basa en la serie de TV)
Opinión
Esta va a ser una novela difícil de comentar. La comparaba hace unos días con
1984 ya que la sensación que me dejó es muy parecida: tristeza, resignación, pesimismo... porque la novela fue escrita en 1986 pero cuenta tantas cosas que se pueden extrapolar a nuestra época que da miedo.
La sociedad ha cambiado de forma radical, no nos dice por qué hasta bien avanzada la novela y tampoco de manera muy detallada, pero sabemos que el poder ha caído en manos de radicales religiosos que han despojado a las mujeres de todo lo que poseían, incluido su nombre (cuando supe de donde venían los nombres de las criadas se me cayó el alma a los pies). Las utilizan según sus capacidades para una u otra tarea y las más aptas, las que aún son fértiles, serán las "privilegiadas" repobladoras del país.
Obligadas a tener hijos (ante el riesgo de la pena de muerte o la expulsión a zonas contaminadas) con hombres importantes de la comunidad (los Generales) y sus Esposas, la vida se convierte en una terrorífica rutina de la que Defred, protagonista de esta novela, nos dará todos los detalles. Desde su severo adiestramiento hasta las surrealistas sesiones de apareamiento con el General y su Esposa, pasando por el resto de sus obligaciones que incluyen paseos, visitas médicas y una dosis de adoctrinamiento.
Pero también nos regala flashbaks de su pasado, cuando era un mujer independiente. Nos habla de su familia, de su trabajo y de como poco a poco fue perdiendo todas sus libertades sin poder hacer nada para remediarlo.
La angustia de Defred fue la mía durante toda la novela y lo sigue siendo a día de hoy. La idea me sigue pareciendo terrorífica y por eso es tan buen libro, por sembrar ese miedo, por hacernos dudar, por temer que algo tan descabellado pueda llegar a ocurrir, aun que sólo sea una posibilidad entre millones.
Margaret Atwood cierra la historia con un epílogo algo chocante (ya estaba al corriente de ello cuando leí la novela) pero que quizás en 1986 fuese necesario para que el mensaje llegase a la sociedad de la época. A mi realmente no me ha molestado aunque realmente no lo veo necesario.
Este no es un libro para recomendar a todo el mundo aunque dejando al margen el tema que trata está maravillosamente bien escrito (y eso que la traducción es mejorable). Yo os animo a que lo leáis y os forméis una opinión propia de lo que significa. Si la historia os llega nunca olvidaréis a Defred.
Nota: 4,5/5